viernes, 5 de julio de 2013

Pasito a pasito

Queridos lectores

Nos vamos haciendo a la vida romana, ya instalados en un ático cerca de la Via Appia las cosas se ven desde otra perspectiva. Nuestra zona es bastante tranquila, pero la lejanía con el trabajo y el no querer coger el metro o el bus por no gastar (recordad que somos estudiantes erasmus) hacen que nuestros pies se resientan, ayer especialmente. Decidimos pasarnos por el supermercado para llenarnos la nevera.

Compramos cosas imprescindibles y a buen precio, pero al comprarlas cerca de Santa Maria Maggiore y no disponer de carro, de estos que llevan las abuelas, llegar al piso ha sido un suplicio. También nos hemos dado cuenta que el fiambre es un poco caro y escaso, por poner un ejemplo y sin ánimo de ofender, un paquete con cinco o seis lonchas de jamón cocido costaba unos tres euros. ¡Y no hay jamón serrano! Otra cosa que tampoco se puede tocar es el aceite de oliva, y el típico aceite de girasol que se encuentra en España para cocinar se ve que aquí no lo conocen. Menos mal que no hace falta comprar agua, casi en cada esquina hay unas fuentes que dan un agua muy fresca y muy buena, así que ya sabéis: si venís a Roma sólo os hace falta comprar una botella y llenarla continuamente en estas fuentes, no hay peligro de que se os descomponga el estómago.

Pero dejando a un lado todo lo referente a nuestra odisea (“... ¡Terror en el hipermercado! ¡Horror en el ultramarinos!...”), tenemos que decir que ya hemos visto bastantes cosas por aquí. Os alegrará saber que ya estamos preparando posibles itinerarios y tomando muchas fotografías. Y os podemos asegurar que ver fotografías de los edificios y de los monumentos no puede compararse a verlos por uno mismo. Comentaba con Melania el otro día que los edificios son grandísimos, pero no sólo los palacios o las basílicas, los edificios de viviendas particulares también son así, o al menos por donde nos hemos movido. En cada esquina te encuentras bien con una iglesia bien con una hornacina con el santo de turno o la Virgen. Aunque algunos están muy bien conservados, como el que se encuentra en la plaza de la Fontana di Trevi, frente a Santi Vincenzo e Anastasio, otros muchos están con el cristal ya opaco. Y es que en Roma hay demasiado tráfico y muy pocas zonas peatonales. El humo que expulsan los motores se adhiere a las fachadas de mármol blanco, a las paredes de estuco, al cristal de estos altares en plena vía, y en general a todo lo que esté por un tiempo inmóvil. Y es que si mi abuela viniese para acá me la vería con la fregona y la vaporeta dispuesta a dejarlo todo como los chorros del oro... 

5 comentarios:

  1. Cesares!! si quereis fiambre a un precio razonable no lo comnpreis ya cortado y envasado, id a la seccion de charcuteria y llevaoslo recien cortado que alli sale por mas de la mitad de precio (100 gramos no llega a 2 euros, siempre y cuando no os pongais muy exquisitos). Y en cuanto al aceite de girasol, buscad bien que si existe!!

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    1. Lo tendremos en cuenta paralapróxima vez que vayamos ;)

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  2. El arte de hacer la compra... vivir Roma. ¿No hay cursos de prácticas para las abuelas? Podríamos encontrarle una buena beca pagada por el Comune di Roma. Eso sí, trendría que ser la 'super abuela'.

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  3. Ja, ja, hyperion, yo quiero ser la super abuela de Araron y sacarme una de esas bequitas... Cuánto añoro Roma y cómo os envidio. Pero es una envidia llena de alegría, benéfica y casi, casi, angélica. Besazos.

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