Queridos lectores:
Os escribimos este
post desde la terraza de nuestro nuevo apartamento en San Giovanni. Se acabaron los
días de andar de aquí para allá con la maleta, de dormir en incomodas camas de
hotel y de tener que comer fuera. Encontrarlo no ha sido fácil pero con
paciencia y un jefe con muchos recursos por fin
hemos encontrado esta maravilla.
Tras concedernos la
beca comenzamos como locos a buscar pisos por internet, pronto nos desanimamos
ya que lo único que encontrábamos eran casas para estancias cortas (días y
semanas) y algún que otro piso pequeño, en no muy buena zona y a precios desorbitados.
Hablando con
profesores y amigos nos enteramos que los monasterios son otra buena opción
para alojarte pero como aprenderíamos
tras mucho buscar son difíciles de encontrar, con limitaciones horarias y en
multitud de ocasiones separados por sexos. Con esta opción descartada a nuestro
pesar decidimos, tras hablar con varias amigas de Erasmus, que lo mejor era
coger un hotelito unos días y buscar por
la ciudad. El primer día nos pusimos en pie con mucha energía y locos por
encontrar algún cartel con la palabra “affittasi” escrita en grandes letras, pocos
fueron los carteles que encontramos pero si dimos con una revista gratuita de
venta y alquiler de casas que puedes encontrar en cualquier kiosco romano. Tras
rodear los más interesantes, escoger los de mejor zona y descartar los más
alejados del trabajo Aarón llamo con su mejor acento para preguntar. Lo que no
habíamos tenido en cuenta es que muchos de los pisos piden un mínimo de 18 meses de alquiler, otros una nomina como aval o en los casos más bizarros que
seas tú mismo el que restaure el inmueble.
Pero eso ya queda
olvidado ya que gracias a nuestro particular ángel de la guarda gallego, también llamado
nuestro jefe, y sus contactos ahora disfrutamos de unas preciosas vistas muy
cerca de San Giovanni in Laterano.
Nuestro consejo, lectores, es que no desistáis, la búsqueda es dura (y más aun si venís para una estancia
relativamente corta como la nuestra, ya que existe un vacío entre las estancias
vacacionales de unos días y el alquiler para familias y estudiantes
universitarios) pero finalmente tiene su recompensa.
Y ya la primera lluvia en la terraza, viento, fantasmas... parece que estáis en Santiago y no en Roma jejeje. ¡qué luzca el sol y os hagáis aún más romanos!
ResponderEliminar¡Me gustan esos pies tan relajados...! Ya veremos cómo se comportan en el día a día... Besazos y enhorabuena por haber encontrado un hogar.
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