viernes, 12 de julio de 2013

Internet

Es sorprendente la necesidad que sentimos hoy en día de estar conectados a la red. No concebimos  nuestro día a día sin usar internet, recibir y enviar whatsapp  o actualizar nuestro perfil en facebook, pero  de aquí al 5 de agosto Aarón y yo nos tendremos que acostumbrar a no hacerlo, por lo menos a no hacerlo en casa.

La semana pasada contratamos una tarifa de internet con un aparatito que hacía las veces de router, para tenero en casa y conectarnos a la red desde allí. Hasta ahí todo bien, o eso creíamos hasta el martes pasado cuando al llegar a casa no pudimos conectar el wifi de nuestros teléfonos ni el de nuestros ordenadores portátiles. Presos del pánico intentamos hacer cuanto pudimos con el aparato comprado el viernes anterior. Y claro, es que no caímos que sólo daban cinco megas de velocidad. Y claro está, con cuatro disositivos gastando día y noche se gastó enseguida. Nosotros, que estamos acostumbrados a tener internet ilimitado en nuestras casas no reparamos en ese pequeño pero importante detalle.


Ayer decidimos acudir a la tienda donde adquirimos el aparato de internet. Le explicamos la situación al dependiente, pero al gastar todos los megas de que disponíamos no pudo hacer nada más, tendríamos que esperar hasta el siguiente mes para que llegase otra vez internet a casa. Como no estamos dispuestos a contratar otra tarifa, ni a pagar más a la misma compañía para que nos diesen un plus, puesto que se gastaría enseguida; hemos decidido conformarnos con el internet de la empresa, al fin y al cabo hemos venido a Roma para disfrutar de la ciudad, no para estar todo el día pegados al teléfono ni a ordenador.


1 comentario:

  1. Parece que sin conexión nuestras palabras se pierden y nos parece perder algo de todo lo que está pasando... nos acerca a tantas personas pero a veces nos puede alejar de lo que tenemos entre manos. Buenos paseos de fin de semana con Roma en vuestras manos, ante vuestros ojos...y, dura, bajo los pies!!!

    ResponderEliminar