Entre reflexiones y consejos prácticos para sobrevivir en Roma
Si ayer hacíamos referencia a un monumento en concreto, el Ara Pacis
Augustae, hoy nos vemos en la obligación de reflexionar más allá del arte. Tras
cumplir un mes en Roma (¡Ya llevamos más de un mes aquí!) nos hemos dado cuenta
de lo que empezamos a querer en la vida, al menos en mi caso. Tras dar un paseo
por el centro, entrar al Monumento a Vittorio Emanuele y terminar de ver la
colección de los Museos Capitolinos, decidimos sentarnos a contemplar el foro
desde nuestro peculiar “umbiculus urbis Romae”, nuestra pequeña terraza frente
al Arco de Septimio Severo.
Y así, entre el vuelo de las gaviotas y las palomas, decidimos hacer
nuestros auspicios al pie del Campidoglio. Estar en una ciudad que no es la tuya, aun
habiendo estudiado muchísimas de sus partes, al principio es una sensación
extraña: no sabes por dónde moverte, no conoces las zonas, ubicas lugares a
medias...; pero cuando ya llevas viviendo un tiempo la cosa cambia. Empiezas a
independizarte de los todopoderosos mapas, vas conociendo en conjunto,
controlas las distancias, descubres rincones maravillosos... Y esto es,
suponemos, lo que nos ha pasado ya. Si al principio teníamos miedo de no
encontrar piso, ahora tenemos miedo de Septiembre, porque ya nos queda muy poco
para volver a nuestras rutinas.
Pero dejando de lado nuestros peculiares fantasmas, queríamos deciros algo
más importante. Al llevar aquí todo este tiempo, hemos ido descubriendo lugares
especiales, tanto por su magia como por ser baratos en una de las ciudades más
caras de Europa, todo hay que decirlo. La búsqueda de hotel es algo que todo
turista debe hacer antes de llegar a Roma. En internet se encuentran páginas
muy eficaces, como la página de booking de En Roma, siendo posible buscar tanto hotel como apartamento si prefieres quedarte
más días. Pero, lo que sí es cierto, es que en Internet no se encuentran todas
las posibilidades que ofrece una ciduad como esta. Hay muchos establecimientos
que no poseen un sitio en la red, y que ofrecen también muy buenos servicios,
llegando a ser incluso mejores y a mejor precio que los que se pueden buscar
desde tu ordenador. Via Nazionale es el claro ejemplo de esto, pero claro esto
sólo puedes comprobarlo una vez que se está aquí.
Lo mismo pasa con los sitios donde comer. Si quieres
ir sobre seguro, podemos aseguraros que hay multitud de buenos restaurantes
donde comer. Además de los socorridos sitios de comida rápida, en Italia hay
multitud de establecimientos que también ofrecen variados platos de su
gastronomía típica. De esta manera, callejeando por las zonas donde se suelen
concentrar los turistas, puedes encontrar buenos lugares para una buena comida
o cena. Pero también, en los lugares que se van apartando del epicentro, como
por ejemplo la zona lateral del Colosseo, o en las calles que van alejándose de
Via Nazzionale, o por el Laterano, podemos encontrar lugares para comer barato. Lo
mejor para comer en estos casos es una porción de pizza al taglio, que se paga
según pese (no suele costar más de dos o tres euros). Y claro está, el agua se
llena de las fuentes de la calle – aquí el que gasta en agua es porque quiere.
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